Estudiantes de Agropecuario ponen en práctica sus conocimientos en el sector rural de Lonquimay

Julio Burotto Wegner
22 de julio 2024
Sede Victoria

Importante visita enmarcada en la asignatura de “Transferencia tecnológica”, en la Universidad Arturo Prat Sede Victoria

Con el fin de aplicar sus conocimientos en todos los contextos geográficos posibles, un grupo de estudiantes de último año de Técnico de Nivel Superior (TNS) en Agropecuario, de la Universidad Arturo Prat Sede Victoria, se aventuraron en la zona rural de Lonquimay, visitando los sectores precordilleranos y cordilleranos de la comuna, como Pehuenco y Piedra Blanca, a fin de conocer la dura pero crucial realidad y labor de las personas en esta parte de La Araucanía.

Enmarcada en el ramo “Transferencia tecnológica”, a cargo de la Docente Shalom Ríos, la actividad fue coordinada en conjunto con Robert Padilla, Encargado del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) de INDAP en Lonquimay, donde la comitiva visitó cerca de siete predios pertenecientes a diversas familias de la zona, realizando tareas como desparasitar ganado, administrar refuerzos vitamínicos y donar sales minerales, además de revisar y resolver casos clínicos.

“Fue una experiencia muy bonita”, aseguró la Académica, “y de mucho aprendizaje práctico, en donde los alumnos interactuaron con otras realidades y con variadas especies, como los caprinos, que no son comunes en una zona como Victoria, que es un territorio de depresión intermedia; a diferencia de Lonquimay, que es de cordillera”, pudiendo trabajar además con otros tipos de ganado más habituales, como ovinos, bovinos y equinos.

El recorrido por la comuna también fue muy valorado por los universitarios, como Héctor Escobar, quien la calificó como “una zona cordillerana maravillosa, con gente muy cariñosa y muy de familia. El ir a visitarlos fue algo hermoso, ya que nos dieron la oportunidad de realizar un manejo sanitario en sus animales, poniendo su confianza en nuestras manos y en nuestros conocimientos”, señaló el unapino.

“También estamos agradecidos con don Robert Padilla”, continuó Escobar, “quien nos enseñó mucho. Por ejemplo, yo nunca había inyectado a un caballo y en esta ocasión lo pude hacer con su supervisión; él me orientó para hacerlo bien, lo que es una experiencia que uno guarda como estudiante y que me da la confianza para saber que, si tengo que volver a hacerlo, lo haré sin ningún problema. Sin duda fue una experiencia maravillosa y también estoy agradecido de la Profesora Shalom, por sus conocimientos y ética profesional”, afirmó.


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