Uniendo sabidurías globales

Encuentro Internacional Intercultural fue Puente a favor de las niñeces Aymara y Māori

Eugenia Guzmán Vera
30 de julio 2024
Casa Central - Iquique

 

En un evento que subraya la importancia de la educación intercultural, la Universidad Arturo Prat (UNAP) , a través de la Facultad de Ciencias Humanas junto a ONU Mujeres , mediante el programa Originarias en Chile,  en el contexto del proyecto  “Programa de mujeres y niñeces indígenas, transformando entornos”, se erigió como anfitriona de dos encuentros trascendentales para la educación internacional intercultural, uniendo experiencias educativas entre las comunidades Aymara de Chile y Māori de Nueva Zelanda. 

Se realizaron así dos actividades, primeramente, un Encuentro de Intercambio Cultural denominado “Educación en Niñez”, desarrollado en el poblado de Pachica y, posteriormente, en la UNAP el Seminario Internacional sobre Educación Intercultural “Por el derecho a una educación sensible: El Modelo Māori”, oportunidad para compartir experiencias y trayectorias, potenciando el quehacer educativo en ambos territorios.

Durante estas actividades Mihaere Emery, Asesor cultural y jefe del Equipo de cultura del ayuntamiento de Auckland ,sostuvo que “El proceso que hemos llevado a cabo en nueva Zelanda es muy parecido al que ustedes están realizando. Tenemos mucho apoyo del gobierno para la labor que desarrollamos y abarca el nivel académico, el trabajo, el área espiritual y también familia”.

Asimismo, destacó la importancia de preservar la cultura de los pueblos originarios para que esta sea valorada por la comunidad en todas las edades, asegurando así su transmisión.  “En nuestro caso, los jóvenes Māoris aprenden su cultura desde pequeños y si bien muchos emigran a las ciudades para trabajar y mejorar, vuelven a sus comunidades, vuelven para devolver el conocimiento y trabajar por ello”.

En tanto, Amanda Rose Sanregret de la cultura Metis, Canadá,  señaló que lo visto en la comunidad de Pachica ha sido muy inspirador. “En Canadá, nos tomó mucho tiempo para llegar al punto donde estamos, y hoy promovemos nuestra cultura a través de la educación. Hemos avanzado harto en un periodo muy corto y he visto aquí la gran cantidad de trabajo que se ha realizado en las comunidades y, sin duda, todo esto va a tener un impacto a largo plazo”.

La especialista aclaró que es importante comenzar desde pequeño a acercarse y tener conocimientos de la etnia a la que uno pertenece, “En mi caso aprendí de mi pueblo cuando era grande, y fue mucho más difícil mantener el estado mental que se necesita para compartir y ser parte de una cultura indígena”. 

Agregó que el trabajo que se hace tanto en el Jardín como en la Escuela de Pachica es invaluable para las futuras generaciones. “Nosotros en Canadá estamos ahora tomando decisiones que afectarán a 7 generaciones en el futuro y lo que están haciendo acá está muy bien”.

Destacó que el proceso que están llevando a cabo ha involucrado a niños, jóvenes y adultos, construyendo y reconstruyendo su cultura. “Lo importante es crear recursos en todas las edades para poder aprender.” Mientras más compartimos nuestras culturas, mientras compartimos nuestros idiomas, somos más fuertes”. 

PACHICA

La iniciativa fue llevada a cabo en el poblado de Pachica, organizada por la UNAP en conjunto con el programa Originarias, la Jefatura Técnica de JUNJI, quienes mostraron a los representantes de Whakahono Iwi o Te Ao, fundación que trabaja por el enriquecimiento entre culturas nativas a nivel mundial con el compromiso de preservar, celebrar y revitalizar la sabiduría indígena, como se enseña la cultura de los pueblos originarios a nivel preescolar y enseñanza básica.

Este encuentro comenzó en una chacra donde la Educadora de Lengua y Cultura Indígena (ELCI) Sonia Mamani los recibió, realizándose una ceremonia que mezcló las tradiciones de estos dos pueblos, efectuando un saludo protocolar a las autoridades de JUNJI, ONU Mujeres y asistentes de la Universidad Arturo Prat.  Es así como se realizó de manera conjunta la ceremonia de la Pawa por parte del pueblo indígena aymara y de Karakia Timatanga del pueblo Māori invocando a la tierra y a sus ancestros.

De esta manera, durante todo el día se desarrolló un espacio de reflexión y diálogo intercultural educativo entre representantes de Whakahono Iwi O Te Ao en base a las prácticas pedagógicas interculturales de la experiencia Aymara, y las potencialidades para una alianza de trabajo conjunto entre los actores involucrados.

Así se visitaron tanto el Jardín infantil Kantati Pachica como el Colegio D94 de Pachica, viviendo de manera directa la experiencia de aprendizaje que están desarrollando en la región, mostrando la labor que llevan a cabo las ELCIS y educadores  tradicionales .

Al respecto, la ELCI, Sonia Mamani, quien trabajó durante muchos años en el Jardín Infantil Kantati y ahora se desempeña en la Escuela de Pachica, destacó “He vivido, me he criado, nacieron y se educaron mis hijos aquí. Llevo 32 años viviendo acá, enseñando a los niños y niñas la lengua y cultura aymara. Mis ancestros, mi abuelita Filomena, mi abuelito Víctor y mi padre me inculcaron su enseñanza y su sabiduría. Hoy tengo esta experiencia muy grande, y le he ido dejando esta enseñanza a mis niños y niñas, porque no quiero guardarme todo lo que se, sino transmitir la enseñanza a mis pequeños, a mis pequeñas, a mi nueva generación, mi lengua, mi cultura, mi tradición, todo lo que yo aprendí”.

Asimismo, Marilyn Molina, encargada del Jardín infantil Kantati, afirmó “Este es un trabajo bastante enriquecedor, ya que nosotros acá fomentamos lo que es la cultura aymara y quechua. Es una labor desde la identidad de los niños y niñas”.

Frente quienes se están formando para ser nuevos profesionales, indicó “Les diría que valoren y aprecien la cultura, porque desde ahí están las raíces de los niños. Existe un tesoro mágico de aprendizaje, de valoración y de enseñanza, tanto para los adultos como para los niños.

 

UN FUTURO PROMETEDOR

Tras su encuentro en Pachica la delegación Māori y Metis participó en El seminario internacional “Por el derecho a una educación sensible: El Modelo Māori “, organizado por la Facultad de Ciencias Humanas de la UNAP, dirigido entre otros a Educadoras(es) tradicionales; Profesoras(es) Interculturales; autoridades ministeriales y regionales; organizaciones indígenas; Investigadores, estudiantes, el mundo académico, directores de establecimientos educacionales y organismos Internacionales.

Es así como la delegación Māori compuesta por Kamaline Pomare, Profesora de Te Wananga o Aotearoa TWOA y Mihaere Emery, Asesor cultural y jefe del equipo de cultura del Ayuntamiento de Auckland, quienes junto a la representante Métis, Amanda Rose Sanregret ,establecieron un enriquecedor diálogo intercultural donde se compartieron experiencias exitosas, promoviendo un entendimiento de la interculturalidad como un motor para el desarrollo sostenible de las comunidades indígenas.

El encuentro contó con un panel de expertos de Chile, Bolivia, nueva Zelanda y Canadá marcando un hito en el camino hacia una educación que abraza la diversidad y fomenta el entendimiento mutuo, demostrando que cuando las culturas se encuentran, las posibilidades son infinitas.

Es así como expusieron, Elías Ticona representante de ENLA y del Ministerio de Educación “El estado actual de las lenguas andinas” y el Dr. Román Mamani Rodriguez, académico que nos visitó la UNAP desde Oruro, para presentar “Las estrategias de enseñanza del aymara en Bolivia”.

En relación al trabajo que se desarrolló durante las dos jornadas la Asesora Intercultural de JUNJI, Dayana Figueroa manifestó que para la Institución es muy importante mirar hacia el futuro con una sociedad intercultural “Esto es un tema de pertinencia, de lograr un proceso educativo situado en el territorio. Esa es la impronta, es responder a las comunidades, a los territorios más que a un número de niñas o niños que estén presentes en el jardín”.

Añadió que la visita de la comitiva internacional es muy importante “Creo que el sistema educativo en su conjunto requiere de cambios profundos para que la interculturalidad salga de ser solo un enfoque y se instale como una práctica, como una realidad país. Por lo mismo es que hablábamos al comienzo, de que tenemos una realidad diversa culturalmente, no es un fenómeno migratorio, es una realidad migratoria. Estamos en un mundo globalizado y tenemos que responder a esos niños y niñas que están recibiendo educación en Junji".

En tanto, la Directora de Equidad y Género de la UNAP, Karen Jacob, señaló que esta es una instancia formativa y de vinculación que promueve el cumplimiento de los objetivos y lineamientos misionales declarados como institución estatal que asume la formación de profesionales con compromiso social, promotores de la interculturalidad, la integración transfronteriza y valores democráticos como la igualdad, el respeto por los derechos humanos… y en particular la formación de profesionales de la educación capaces de realizar transformaciones que aporten a superar las desigualdades sociales a través de su práctica reflexiva. “En el marco de nuestra responsabilidad de generar espacios de discusión y reflexión y generación de conocimiento, este seminario es una instancia de intercambio cultural y de saberes que amplía y enriquece tanto el proceso formativo como la dimensión multi e intercultural de quienes formamos”.

ALIANZA UNAP ORIGINARIAS 

Frente al trabajo realizado, Rebeca Sanhueza, Gerenta Programa Originarias ONU Mujeres, recalcó que “Este seminario ha culminado con un sentimiento compartido de esperanza y posibilidades al unir culturas y compartir conocimientos, la UNAP y sus socios internacionales sentaron las bases para un futuro donde la educación intercultural no solo es un objetivo, sino una realidad vibrante y efectiva”.

Precisó que para ONU Mujeres es esencial mantener los conocimientos, el arte y la cultura de los pueblos indígenas “sabemos que en ese conocimiento está el futuro para esta sociedad y para que este conocimiento siga existiendo. Para ello es necesario trabajar con los niños, las niñas y los jóvenes y creemos que la Universidad Arturo Prat es nuestra mejor aliada por toda la experiencia que tiene en el trabajo intercultural para seguir fortaleciendo la labor que realizan las educadoras interculturales, protagonistas de este proceso".

Ante a los desafíos que se plantean agregó que este encuentro con otros pueblos indígenas que tienen un gran progreso en lo que es la recuperación de su lengua y cultura manifestó que es la oportunidad para que la Universidad, las mujeres y las instituciones de Nueva Zelanda, compartan su conocimiento y avancen más rápido en este camino.

Por otra parte, Karenn Vera Pito, Lideresa del Centro originarias ONU Mujeres de Iquique, sostuvo, “Es un honor dar estas palabras de solemnidad en esta Casa de Estudios que nos acoge y que también nos invita al diálogo, a la reflexión y por sobre todo, al encuentro. Un encuentro que nos invita a trabajar en la integralidad, en ese intercambio de experiencias. Desde muy niña sentí que para proyectar nuestro presente y nuestro futuro, nunca debemos olvidar los aprendizajes del pasado. Quiero invitarlos entonces a honrar ese conocimiento que ha estado perpetuo a lo largo de toda nuestra generación y de todas nuestras culturas, no desde un ánimo de imponer, sino más bien de integrar.  Para mí es un honor también representar a un gran equipo de mujeres que llevan mucho tiempo trabajando en esa perspectiva de género, en esa mirada integral también de derecho, enfoque de Derecho y también de intersección. Celebro hoy día el encuentro. Agradezco también a la Universidad Arturo Prat, a ti también, principalmente, querida Verónica Apablaza, por esa apertura, por esa colaboración y por, sobre todo, esa visión. Visionemos entonces una educación igualitaria, una educación con sentido, una educación intercultural y una educación puesta al servicio de nuestras presentes y futuras generaciones”.

Finalmente, Verónica Apablaza Yáñez, académica de la Facultad de Ciencias Humanas, investigadora y responsable del proyecto que generó la presencia de la comitiva en Pachica y la UNAP, puntualizó “La verdad es que la visita de los hermanos Maorí de Nueva Zelanda se enmarca en un en el proceso de intercambio cultural que necesitamos hacer tanto con esta como con otras culturas. Porque efectivamente, la educación intercultural pasa por dos cosas fundamentales, una que es la ruptura de barreras respecto al otro diverso y lo otro es el diálogo entre las culturas y esas diversidades”. 

Respecto al papel de la UNAP en este proceso, añadió Apablaza que “La Universidad ha ido avanzando progresivamente, pero de manera consolidada respecto a la educación intercultural, puesto que en nuestra Facultad de Ciencias Humanas hemos transversalizado el tema de la formación con foco en interculturalidad, el involucramiento con el territorio y con las poblaciones ancestrales. Hay mucho que aprender, pero algo que me parece que ha sido clave en esta visita respecto de la cultura ancestral Māori, es que hay una visión integral de la persona. No, hay una separación entre mente, cuerpo y alma. Somos una unidad como persona y la educación debiese entenderse así desde esa diversidad”.

Agregó que el sentido de reconocimiento y empoderamiento de lo que somos, de lo que tenemos, de cuánto valor tiene cada persona para interactuar con otros, eso es fundamental desde la perspectiva de la interculturalidad.  “En el Mundo Māori, nos han indicado, nos han compartido que la educación no puede ser solo por escucha, una educación pasiva tiene que ser activa, lúdica. musical sonora, por lo tanto, libre. En esos principios de libertad, de acción, de protagonismo, de empoderamiento, de asumir la identidad de nosotros con orgullo, es algo que tenemos que seguir cultivando en nuestra educación.  Este seminario nos ha mostrado que la interculturalidad trasciende a todas las culturas y que involucra también a nuestros pueblos migrantes, por ejemplo, a los pueblos ancestrales. El desafío es, derribar las barreras de discriminación que existen en cada uno de nosotros y así aceptar respetuosamente, sensiblemente al otro en su singularidad”.


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