Ciclo de Cine de Derecho y Género: luces y sombras del sistema penal y penitenciario para mujeres en Chile.
La actividad posibilitó una reflexión colectiva sobre las desigualdades que el sistema legal y penitenciario chileno mantiene con las mujeres.
Con la participación de estudiantes y la comunidad iquiqueña, se llevó a cabo el ciclo de Cine “Derecho y Género”, organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Arturo Prat (UNAP). En esta ocasión, las académicas Carolina Arancibia López (Derecho) y Loreto Castillo Collao (Trabajo Social) presentaron el filme chileno "El Lugar de la Otra", dirigido por Maite Alberdi.
La cinta, basada en hechos reales, aborda la vida de María Carolina Geel, una escritora chilena que en 1955 asesinó a su amante en el Hotel Crillón. Este suceso no solo conmocionó a la sociedad de la época, sino que también dio lugar al libro Cárcel de Mujeres, en el cual Geel retrata las complejas dinámicas identitarias y sociales dentro de la prisión, explorando temas como el lesbianismo y la construcción de subjetividades femeninas.
ENFOQUE CRÍTICO DESDE EL DERECHO
Tras la proyección del filme y en un conversatorio, la académica Carolina Arancibia López destacó cómo la película reinterpreta el caso a través de los ojos de Geel y Mercedes Arévalo, una secretaria judicial que encuentra en la convivencia con la escritora una oportunidad para cuestionar su identidad y su rol en una sociedad patriarcal. “La película nos invita a reflexionar sobre las estructuras de poder que, en aquel entonces, definían a las mujeres como ‘locas’ o ‘desviadas’ cuando rompían con los estereotipos establecidos”, afirmó Arancibia.
Sostuvo “En el filme se entrecruzan los destinos de María Carolina (escritora) y Mercedes Arévalo (secretaria judicial), dos mujeres completamente diferentes, pertenecientes a posiciones sociales diversas, pero con algo finalmente en común su deseo por la búsqueda de la libertad, el que mercedes encuentra en el hogar de la escritora, cuando comienza a encarnar el lugar de la otra”.
Agregó que en el filme se puede ver “el orden social sexual que oculta el poder, ese poder que ejercen el padre, y los hijos en el ámbito privado, y ese poder que ejercen desde lo público y en la esfera del ámbito profesional, los funcionarios del poder judicial, particularmente encarnado en la persona del juez del primer juzgado del crimen a cargo del caso, y la sociedad que aquel entonces no reconocía a las mujeres como sujetos de derecho, pese a que en el año 1952 las mujeres participaron por primera vez en las elecciones presidenciales, donde fue electo Carlos Ibáñez del Campo en un segundo periodo presidencial”.
La especialista, puntualizó que quizás el aspecto central, y donde se produjo mayor debate fue en la culpabilidad de la acusada “ María Carolina reconoció el delito, su intervención, pero jamás pudo explicar las razones, sin ser ello un elemento del delito, fue gravitante para periciar la psiquis de la misma, pues en aquella época las mujeres que se apartaban del estereotipo solo podían estar locas (aquí conviene recordar el libro de la autora Marcela Lagarde de los Ríos, el cautiverio de las mujeres). Además, fue derivada a la cárcel, en aquella época la cárcel de mujeres estaba bajo la dirección de las “Monjas del Buen Pastor”.
ESCRITORA TRAS LAS REJAS
Arancibia destacó que en la privación de la libertad María carolina Geel escribió el libro “Cárcel de mujeres”, donde habla por primera vez del lesbianismo. “En aquel entonces era una condena apartarse de lo heteronormativo, y en aquel contexto se estimó que ella si tenía capacidad para responder criminalmente, pero que actúo bajo un arranque transitorio de locura (lo que debiésemos entender como una atenuante privilegiada, una imputabilidad disminuida) frustrando las pretensiones de su defensor que pretendía que en lugar de la cárcel fuere derivada al manicomio por resultar inimputable”.
Geel fue condenada a cumplir una pena de 541 días, más la perdida de los derechos políticos de por vida, sin embargo, la ilustrísima Corte de Apelaciones aumentó su condena a 3 años 1 día, hasta que más tarde, un año después el presidente le indultará accediendo a las peticiones de la poeta y premio nobel de literatura Gabriela Mistral. “En el libro Cárcel de mujeres, se destaca la multiplicidad identitaria de los sujetos presentes en el libro por lo cual las dimensiones de género, subjetividad e identidad están presentes pues María Carolina Geel dialoga con mujeres presas pertenecientes a una clase social muy distinta a la de ella. La narradora está dentro y fuera de ese espacio que va relatando, como si no perteneciera del todo a él”.
Resaltó que en la obra se representa la visión patriarcal dominante, siendo una novela de carácter testimonial, ya que se crea a partir de las vivencias experimentadas por la autora en prisión, en el cual el espacio dialógico, el de escuchar a las demás, le abre el habla así misma y de sí misma. De esta manera la protagonista, logra voluntariamente una reconfiguración de su identidad como mujer, lo que supone la búsqueda de una nueva y diferente subjetividad mediante la experiencia carcelaria.“La publicación de Geel es un importante precedente en la literatura chilena, puesto que aborda temáticas que habían sido obliteradas, es decir anuladas por el mandato falocéntrico, como el lesbianismo y las diversas posibilidades de construcción identitaria femenina. Con lo cual, todas las situaciones que va escuchando dan lugar a una ruptura y cuestionamiento- social e identitario- que incide en el posterior proceso de deconstrucción, construcción de su identidad genérica.”
Se especuló mucho, pero María Carolina Geel jamás lo dijo. Inclusive antes de fallecer en 1966 a causa del Alzheimer, dejó un enigmático mensaje en sus diarios en alusión al crimen en el hotel Crillón: “La verdad no será dicha jamás. Ni a ti, ni a mí, ni a ellos”.
LAS MUJERES PRIVADAS DE LIBERTAD HOY
Por su parte, Loreto Castillo profundizó en los avances y desafíos en torno al tema de mujeres y cárceles desde los años 50 hasta la actualidad. “Aunque hemos progresado en algunas áreas, persisten problemáticas graves como el hacinamiento, la falta de atención especializada y las barreras para la reinserción social de las mujeres privadas de libertad”, señaló.
Castillo también subrayó el impacto de las leyes más punitivas en el aumento de mujeres en situación de encierro, además de su desvinculación familiar, especialmente de sus hijos. Mencionó la demora en la aprobación de proyectos legislativos como el popularmente conocido “Ley Sayén”, que busca garantizar el vínculo madre hijo en los casos de mujeres infractoras a través de sanciones alternativas a la privación de libertad. “Las diferencias, por ejemplo, en términos del abordaje de género, en un contexto histórico donde la iglesia tiene un rol importante, pues representa el acto de redimirse frente a los delitos cometidos y volver a encausarse en las obligaciones de las mujeres de la época”.
Añadió que claramente se ve en la película aspectos que persisten hoy día y que se ven más complejizados “Por ejemplo, el tema del hacinamiento en las cárceles, que constituyen espacios de control y de sanción; las dificultades para la reinserción social; la falta de atención especializada para algunas necesidades de las mujeres que también son relevantes".
Aclaró “Hoy en día, lo que de alguna forma marca la diferencia es el aumento de las mujeres en los sistemas carcelarios, llama la atención la cantidad de imputadas en proceso de investigación privadas de libertad, esto a propósito de las leyes que son más exigentes, más castigadoras, más punitivas, que disminuyen las posibilidades de acceder a penas alternativas. Este es un tema relevante que está en discusión en la actualidad, sobre todo pensando en el rol de madre. El 90% de ellas, según las estadísticas, son madres y se desvinculan de sus hogares, del cuidado y la protección de sus hijos”.
Agregó que hay temas importantes a propósito, por ejemplo, del deterioro de la salud mental." Son poco visitadas, ya que son ellas las que organizan este tipo de actividades. Entonces, cuando ellas están privadas de libertad, la verdad es que nunca o con poca frecuencia reciben visitas de sus hijos o de sus familiares. Hay cuestiones ahí que son puntos claves de abordaje, de discusión y de mejora para la política criminal que no se están viendo con altura de mira. Prueba de ello es la Ley Sayén que está en tramitación desde el 2017 en el Parlamento, y todavía no puede salir a la luz, estando las discusiones entrampadas en lo que es justamente las dificultades de control de las mujeres imputadas, sobre todo aquellas en las que no es posible determinar domicilios de arraigo”.
La profesional sostuvo que “Lo que pretendíamos con la película era poner en tensión la situación de las mujeres en el sistema penitenciario, visibilizando la realidad puesta en un contexto histórico que ha progresado entre comillas, porque seguimos con algunos aspectos patriarcales bien instalados a propósito de cómo se concibe la reinserción social. La resocialización de las mujeres desde una perspectiva de género está aún bastante centrada en roles patriarcales, de allí que la literatura las defina como malas madres”.
Concluyó Castillo que “Nosotros pretendemos formar profesionales con un sello de responsabilidad social, que puedan estar conscientes de los contextos, de las dificultades por las cuales pasan las personas que van a ser a futuro, en el caso de los estudiantes de Derecho y Trabajo social, clientes o sujetos de intervención. Entonces, desde ese punto de vista, entender cuáles son las problemáticas que hay detrás de estas personas, nos permite estar preparados para lograr una atención más humanizada”.
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