Ciencia desde regiones, un futuro cierto

La Universidad Arturo Prat (UNAP) ha avanzado notablemente en el ámbito científico, consolidándose como un referente de investigación en el norte de Chile y la Provincia de Malleco, Región de La Araucanía. Todo ello se presentó en la reciente Semana de la Ciencia, donde no solo se celebraron los logros en publicaciones, proyectos adjudicados y posicionamiento en ranking internacionales, sino que también la labor de nuestras investigadoras e investigadores, además de la importancia de impulsar la ciencia desde regiones. 

El desarrollo de la ciencia en las regiones no solo contribuye a descentralizar el conocimiento, sino que también permite abordar problemas locales desde una perspectiva global. Para lograrlo, es esencial que el sector público y privado unan esfuerzos. A pesar de los avances, el Estado debe incrementar su inversión en ciencia y tecnología, que actualmente se sitúa en un 0,38% del PIB, muy por debajo del promedio de la OCDE del 2,3%. Tarapacá es rica en desafíos y tiene el potencial de ser un referente científico, siempre que reciba el apoyo necesario para impulsar la investigación, la innovación y el talento humano.

La UNAP ha demostrado que, desde regiones, es posible liderar proyectos que trascienden fronteras. La Semana de la Ciencia y los logros expuestos refuerza que la universidad y la región puede ser un centro de excelencia científica.

Invertir en ciencia e innovación es fundamental para el desarrollo económico, social y ambiental de cualquier país. Este tipo de inversión impulsa la innovación, resuelve problemas locales, globales, fortalece la competitividad regional y la generación de soluciones sostenibles y adaptativas. Desde una perspectiva de políticas públicas, mayor inversión garantiza que el país y las regiones puedan responder de manera autónoma a sus necesidades y generar conocimiento propio, de ahí que, la colaboración entre los sectores público y privado amplifica el impacto de las investigaciones, acelerando la transferencia tecnológica y beneficiando a la industria y la comunidad.

Es crucial que el Estado, junto con el sector privado, continúe invirtiendo en ciencia e innovación como una estrategia central para construir un futuro resiliente y equitativo. Chile debe apostar por la ciencia en sus regiones; solo así se logrará un desarrollo equilibrado y un futuro sostenible.